lunes, 29 de diciembre de 2008

Visitando a Pablo en su casa


Un encuentro, una mirada, y se abre dejando que una insistente luz penetre hasta el interior: Me recibe un aire tíbio de memorias sepias, deshilachando intimidades. Desde sus ventanas me asomo a la historia. El héroe tiene la inmovilidad de los años y mira desde la piedra. Palomas que vienen y van dibujan sombras en la tarde, y adormecen la plaza derramando silencios.Vuelvo la espalda y lo busco. En el espacio aún perdura el eco de jóvenes pisadas y me siento envuelta en su mirada oscura, que sigue extática mis pasos desde el espacio. Recojo el desamor del hombre, impuesto por la ausencia que le lleva al olvido. Quedan colgando grises prematuros y algunos azules robados al mar. Nada más. La casa ya no es su casa. El pintor nunca volvió. Picasso se llamaba……

1 comentario:

Marissa Tamayo dijo...

Que lindo comentario poético de Picasso. Pilar, tienes alma de poeta y tu pluma lo demuestra.